El desierto es un lienzo perfecto,
en él me reencuentro, me estiro, me encojo... tiemblo.
En el desierto soy un espejismo, espejo de lo que siento.
Dibujo, sonrío, me multiplico... deseo.
Arquitecta de mis sueños
construyo con el oro y la plata de mis ancestros.
Moldeo la energía
creando mi vida.
Y encuentro en mi piel metálica, estática
la suavidad de la dinámica.